Ironman para novatos: Natación

Si hay una parte del Ironman que teme un novato, sin duda alguna es la natación. ¡¿3800 metros?!¿Qué me estás contando? Para todo aquel que no ha pisado el agua más que para refrescarse en la piscina o chapotear se le viene el mundo encima nada más pensarlo.

Éste que escribe puede asegurar que tras nadar los primeros 25 metros de piscina tuvo que cerrar la boca para que no se le saliera el corazón. Imaginad mi pensamiento el primer día con esos 3800 en la mente. No había nadado en mi vida y el tema del agua parecía que se me iba a atragantar. No es que lo viera lejano, es que para mí era un imposible.

Pero cuando uno cree, no hay nada que te pueda echar atrás. Tuvieron que pasar algo así como dos meses y medio para poder decir que había logrado nadar mil metros seguidos, con una taquicardia ganada a base de puñetazos al agua y aleteos continuos. El que haya nadado de pequeño y tenga aprendida la técnica, tiene el cielo ganado en este medio. Y es que deslizar, lo que se dice deslizar, eran pocas brazadas las que notaba esa sensación. Eso por no hablar de la limitación que tengo yo al estirar los brazos...bueno, bueno...que para ponerme el codo en la oreja me tengo que retorcer y ayudarme del otro brazo...

Sí, también soy de esos a los que le da miedo nadar sin saber que tiene debajo de sus pies, con lo que si nadar en la piscina era toda una odisea, nadar en la playa se convertía en un puro show digno del mismísimo Mr.Bean. El primer día que usé un neopreno y me tiré al mar no duré ni 5 minutos. Al nadar por al lado de una boya no puedo evitar el instinto de acelerar porque me da miedo que me pueda tocar la cadena que la ancla al suelo. Y ni que decir de las algas que puedan emerger desde el fondo que parece que te van a atrapar y llevarte con ellas a lo más profundo de la Atlántida. Todo esto con el hándicap de orientarte en aguas abiertas, que es como jugar a la gallinita ciega en una explanada. 

Pues este era el panorama. Desde luego al que le dijeran con todas estas premisas que tiene que nadar casi 4km se daría media vuelta sin pensarlo. Pero lo cierto es que después de acabar saliendo del agua y pisar tierra firme tras la natación de lo que ha sido mi primer y único Ironman hasta el momento, recordé aquella famosa frase a la que tantas veces le puse la cara de incredulidad: la natación es solo un trámite en el Ironman. Y puedo asegurar que así fue. 

Eso sí, después de matarme haciendo largos en la piscina, de superar todos los "de esto no voy a ser capaz", de enfrentarme al miedo de nadar sin ver lo que hay debajo (que aún conservo), de volver a la piscina después de haberme salido el día anterior y haber dejado el entreno por la mitad...

Pero con todo eso iba una mezcla de fe y voluntad superior a cualquiera de los obstáculos a los que me pude enfrentar. Así que no tengas miedo querido novato...que aún queda lo mejor...


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